Inmuebles de doble propósito, una mirada desde la legalidad

Que en una vivienda funcione un negocio o que en un negocio viva quien lo atiende no es una novedad en el mercado inmobiliario colombiano. Sin embargo, es poco claro lo que es permitido y lo que no con los inmuebles de doble propósito o destinación. Exploremos un poco esta realidad y cuáles son sus repercusiones legales.

Para vivir, trabajar o ambas, ¿qué es un inmueble de doble propósito?

Los inmuebles de doble propósito son propiedades que se usan tanto para vivir como para generar un ingreso al hogar. En Colombia es muy común la tienda de barrio, y, por lo general, funciona en una vivienda adecuada para el negocio. Este es quizá el ejemplo más usual de este tipo de inmuebles, pero muchas veces no el más acorde a la legalidad.

Según la ley, todos las construcciones son clasificadas al momento de la identificación predial, o para efectos de los servicios públicos, de acuerdo con la actividad que desarrollen: comercial, residencial o industrial.

En la práctica habitual, un inmueble destinado para la vivienda no debería tener un propósito comercial, pero, desde que exista conforme a la ley, puede operar sin ninguna complicación.

La nueva normalidad ha transformado el uso de los inmuebles

La pandemia mostró la necesidad de que, además de un techo para resguardarse, las viviendas también podrían generar ingresos adicionales. Siguiendo esta idea, muchos colombianos crearon negocios en sus casas o adecuaron en sus locales comerciales espacios para vivir. Sin embargo, dadas las características de algunas propiedades, es posible que cumplan ambas destinaciones.

En estos casos, si quien habita la propiedad es un inquilino, este debe tener el consentimiento expreso del propietario, que avala el uso de una vivienda también para negocio, y el canon de arrendamiento será diferente, sujeto a las disposiciones tributarias.

Un práctica que tiene sus reglas

Para que un inmueble cumpla un doble propósito todo el proceso debe partir del consentimiento de las partes, en especial del propietario del inmueble. El dueño de la casa o el apartamento debe libre y voluntariamente autorizar de manera expresa a la inmobiliaria para que administre su contrato de arrendamiento ajustado a las normas del Código de Comercio.

Es más común que se solicite que un inmueble con destinación de vivienda familiar se use como comercio que al contrario. Al tratarse de un contrato diferente al de vivienda, las cláusulas deben quedar claras en lo que respecta a derechos y obligaciones para las partes.

A esto se suma la necesidad y obligación de mantener una excelente comunicación con el fin de informar lo más necesario y trascendental durante la vigencia del arrendamiento. Ante todo, transparencia y honestidad.

Inmuebles de doble propósito o destinación en Coninsa

En Coninsa, desde que los propietarios nos entregan sus inmuebles, está determinada su destinación, ya sea para vivienda urbana o para comercio. Es poco usual que una propiedad se consigne con doble propósito o destinación.

Una vez son promocionados los inmuebles, si alguno de nuestros clientes requiere que el suyo tenga una doble destinación, porque cumple con las condiciones para habilitar un negocio, se realizan los trámites para que una vivienda se pueda utilizar además para desarrollar su objeto comercial.

Nuestro equipo comercial y administrativo atiende estos requerimientos desde los ajustes al contrato de arrendamiento hasta las modificaciones físicas que sean requeridas para el acondicionamiento del inmueble, con el objetivo de llevar a feliz término de las partes este tipo de negociación.

Velar por las necesidades de nuestros clientes y apoyar los proyectos que contribuyan a su beneficio económico es nuestra prioridad. Por eso en Coninsa siempre estamos atentos a sus requerimientos y a acompañarlos conforme a la normatividad vigente.